Tambien se pueden llamar centros de los horrores..., como en la perrera municipal de madrid: Cantoblanco
Prácticamente desde la construcción y puesta en funcionamiento del "Centro de Control Zoosanitario" (perrera de Cantoblanco) hubo denuncias por parte de colectivos y asociaciones animalistas y ecologistas.
Éstas hacían referencia al modo de sacrificio practicado en dicha perrera.
Los métodos denunciados eran:
- Muerte por asfixia de tubo de escape de automóvil (no monóxido de carbono puro).
- Sacrificio en la misma cámara de gas de animales de distintas edades y tamaños, de modo que unos morían antes que otros, lo que llevaba a:
- Muerte en hornos crematorios de perros aún vivos
- Entierro de animales aún vivos.
Además, la eutanasia mediante monóxido de carbono debía hacerse en cámaras apropiadas y con personal experto, y por supuesto, con monóxido de carbono, y no el tubo de escape de un automóvil
(NOTA: este método de sacrificio se sigue utilizando hoy día de forma ilegal en algunas perreras y granjas peleteras, entre otros)
La cámara era como una caseta grande de perro, en la que se introducían a la vez, arrastrándolos y a empujones, todos los perros que cabían, así como gatos metidos en jaulitas. Los animales, aterrorizados, medio enloquecían, iniciándose peleas entre ellos. Una vez llena la cámara de animales, se abría la espita del anhídrido carbónico que se mezclaba al salir de la botella con cloroformo, y que iba empobreciendo lentamente la proporción de oxígeno del aire del interior de la cámara, produciendo una horrorosa sensación de asfixia, y una muerte terrible."
(Informe de sacrificio en perreras, Los Verdes-Comunidad de Madrid).
Éste método de sacrificio, que causa una horrible y lenta agonía, ha sido utilizado en la perrera de Cantoblanco desde su apertura en 1.969 hasta finales de 1.994, año en que cesó su uso debido a la presión de los defensores de los animales.
Prácticamente desde la construcción y puesta en funcionamiento del "Centro de Control Zoosanitario" (perrera de Cantoblanco) hubo denuncias por parte de colectivos y asociaciones animalistas y ecologistas.
Éstas hacían referencia al modo de sacrificio practicado en dicha perrera.
Los métodos denunciados eran:
- Muerte por asfixia de tubo de escape de automóvil (no monóxido de carbono puro).
- Sacrificio en la misma cámara de gas de animales de distintas edades y tamaños, de modo que unos morían antes que otros, lo que llevaba a:
- Muerte en hornos crematorios de perros aún vivos
- Entierro de animales aún vivos.
Además, la eutanasia mediante monóxido de carbono debía hacerse en cámaras apropiadas y con personal experto, y por supuesto, con monóxido de carbono, y no el tubo de escape de un automóvil
(NOTA: este método de sacrificio se sigue utilizando hoy día de forma ilegal en algunas perreras y granjas peleteras, entre otros)
La cámara era como una caseta grande de perro, en la que se introducían a la vez, arrastrándolos y a empujones, todos los perros que cabían, así como gatos metidos en jaulitas. Los animales, aterrorizados, medio enloquecían, iniciándose peleas entre ellos. Una vez llena la cámara de animales, se abría la espita del anhídrido carbónico que se mezclaba al salir de la botella con cloroformo, y que iba empobreciendo lentamente la proporción de oxígeno del aire del interior de la cámara, produciendo una horrorosa sensación de asfixia, y una muerte terrible."
(Informe de sacrificio en perreras, Los Verdes-Comunidad de Madrid).
Éste método de sacrificio, que causa una horrible y lenta agonía, ha sido utilizado en la perrera de Cantoblanco desde su apertura en 1.969 hasta finales de 1.994, año en que cesó su uso debido a la presión de los defensores de los animales.
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